reflejándome

Reconocí el lugar donde me encontraba después de un rato.
Shiel, lago de los muertos. Había oido hablar de él, pero nunca lo había visto.
¿Será cierto qué ahí habitan las almas de los dos reinos?
Esa pregunta carga todo mi ser, me pide que lo averigüe.
¿Lo hago? o ¿no?
¿Qué me podría pasar?
No debería distraerme. Tengo una misión que cumplir: debo llegar hasta el abismo oscuro. Tengo que encontrar a algún demonio que requiera de mis servicios, de los mios y de los de Aintzira.
Me doy la vuelta y decido irme.
Pero...
Me quedó ahí plantada, pensando.
Tampoco perdía nada por hacerlo.
Después de meditar mucho, me acerco a la orilla del lago.
Miro fijamente, como si estuviera esperando algo. ¿Esperar el qué?
Me siento hipnotizada por la pureza del agua, y me agacho para verlo mejor.
De repente, el agua parece más blanca.
No puedo evitarlo y meto un brazo.
No entendía porque lo estaba haciendo. Normalmente no lo hubiera hecho tan rápido, pero había algo que arrastraba de mí.
Algo que me estaba hipnotizando.
Eso me pone en alerta y me muevo lo más rápido posible saliendo del agua.
Doy unos pasos para atrás.

llevo corriendo muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo tiempo, pero no me importa, la velocidad es mi vida.
¿cuanto tiempo habrá pasado? ummm- me rasco la cabeza pensativo.

veo a una chica en el lago, parece muy concentrada en algo.... jojojo, mister Darien va para allá nena.

- ola señorita bonica, ¿puedo ayudarla?

A mis espaldas escuchó una voz qu eme hace ponerme en alerta.
Me giro y observo al hablante.
Es un chico, me llama la atención el reflejo de sus ojos.
Una mirada tan fría...
Me acerco a él, poniendo la cara más simpática que puedo.
-Hola, me llamo Anayle, encantada, usted es... -Me presenté y esperé su respuesta.

miro de nuevo a la chica.
- yo soy el eterno y errante Darien- hago una exagerada reverencia- a sus ordenes señorita

me acerco al agua y la miro con precaución.
- este es un lugar peligroso- murmuro con una sonrisa- aunque acogedor para aquellos que adoran la oscuridad.

Me rio por su presentación.
Me parece un chico simpático.
Me acercó de nuevo al lago, justo al lado de Darien.
- ¿A si qué un sitio acogedor para aquellos que adoran la oscuridad? -Le pregunté, mirándole a los ojos. - ¿Tú adoras la oscuridad?

inmediatamente, me pongo tenso, aunque no pierdo mi socarrona sonrisa.
-no... no se debe temer a la oscuridad, y menos cuando vives todos los dias con ella, ¿es que acaso no ves lo que le está pasando a nuestro mundo?... pronto moriremos todos... no creo que haya salvacion alguna.

desenvaino mi bonita espada y me pongo a dibujar señoritas con escasa ropa en la tierra...

Me doy cuenta de como se pone tenso.
Le observo como coge su espada y se pone hacer dibujos de mujeres.
Me hace gracia las formas de los dibujos y empiezo a reirme.
- Si te soy sincera; algo sé acerca de lo que está pasando. Pero sólo lo supercifial. ¿Qué es lo que está pasando exactamente? -Le pregunté mirando a los dibujos. Aparentando que el tema no me interesaba, no más de lo necesario.

pues- musito, esmerandome en las curvas de las chicas- los espejos que protegen el sello, sí, el sello que impide que los demonios nos ataquen, se esta rompiendo... y si se rompen, los demonios salen, y si salen, nos comen, listo ^^

se dibuja en mi rostro una mueca de... algo raro, quiero luchar, pero no todos pueden defenderse..

Le escuché atentamente. El chico no sabía nada más de lo que yo ya conocía.
Me vino a la mente la última conversación con mis padres; ellos querían qu eyo siviera a los demonios del abismo oscuro, pero... eso era lo que ellos querían; no lo que yo deseaba.
- ¿Y sabes hasta qué punto están rotos los espejos? -pregunté.

- Pues, siceramente, no lo sé, sardinilla. no es que vaya mucho por palacio.. pero... creo que se estan resquebrajando, todavia no es lo sufcientemente grave, pero muchos demonios han escapado ya, y causan estragos y matan a personas.

¿Sardinilla? Me quedó un poco atónica por el apodo que me había puesto el chico, y no puedo evitar reirme.
Me pongo seria lo más rápido que puedo, el tema del que hablabamos no era de risa.
¿A sí qué se habían escapado ya varios demonios? Quizás debería ir a buscarlos. Total, es era mi deber como perteneciente al clan Ler: servir a los demonois del abismo oscuro. Mi destino sentenciado por mi apellido.
Despierto de mi ensimismamiento, y observo a Darien. Estaba segura que no era un humano. Posiblemente, por la características de sus ojos, puede que fuera un yendrel.
El reflejo de sus ojos me gusta, nunca había visto uno así.
- Darien, -le llamo para atraer su atención- ¿estás haciendo algo para luchar contra los demonios, que peligran nuestra existencia? -Le pregunté. Ya tenía todo pensado, sólo quedaba que el chico me diera la contestación que esperaba.

- claro que si, preciosa sardinilla, la orden del dragon protege a la guardiana y al reino de Shiel.
si lo que quieres es luchar... ese es buen lugar...

Como suponía estaba luchando en contra de los demonios.
- Quizás entré a formar parte. Si así puedo hacer algo con lo que nos espera, ¿por qué no hacerlo? -Le dije con una voz simpática.
Lo tenía todo previsto ya.
Sería cuestión de tiempo que todo estuviera preparado para lo que corresponde a mi destino y al de Kaylem.

- jojo, te llevaré a la base, señorita- susurro haciendo una exagerada reverencia- además, tengo que decirle al grandote,que ya terminé el curro... sigueme, Sardinilla...

estoy tentado de entrar en fase, pero ella no podría seguirme, así que ando a paso lento por el bosque, tardaremos bastante en llegar a Ass Tai...

Empiezo a seguirle.
Me hace gracia la confianza que se ha tomado conmigo, no puedo evitar poner una sonrisa cada vez que me dice sardinilla.
Le agarró la mano y empiezo a ir más deprisa.
- No me gusta andar despacio. -Me expliqué con una sonrisa.
Miro hacía el cielo, las estrellas nos alumbraban. Quizás ellas supieran el destino que nos esperaba; aunque el mío ya estaba decidido. Todo estaba planeado, todo estaba pensado.

la miro una última vez con aire macarra, mientras hecho a correr a toda velocidad, como un halcón.
todo desfila ante mí a una velocidad vertiginosa.

[seguimos en Ass Tai, sardinilla??]

Empiezo a correr detrás suyo. La velocidad que habiamos tomado ahora me gustaba más.


[oks, seguimos en Ass Tai, abre cuando quieras el post, xaito]