en el tejado de la posada.

subi a mi habitacion y miré por la ventana, el cielo oscuro era muy hermoso.
en un acto de irresponsabilidad por mi parte, me quité la capucha, que dejé cuidadosamente doblada sobre la cama, y subí al tejado.
me senté en el borde, con mis pies colgando al vacio, y mirando a las estrellas.
mi pelo largo y negro, cayó como una cascada sobre mí, rozandome las rodilllas.
estaba demasiado caliginoso como para que se pudieran ver mis reflejos azules, aun así, eso era bueno, la noche me amparaba.

tenia tantos problemas... como hubiera deseado ser solo una de esas estrellas, y no tener que cargar con tanta responsabilidad...
jamás había pedido ser guardiana, solo era una cria con diecisiete años... y aun así, me veía envuelta en una guerra sin sentido, donde el destino de las razas dependian de mis actos.
debía reunirme cuanto antes posible con mi hermana, y ver con mis propios ojos lo que ocurria en el abismo.

un escalofrío recorrió mi espalda, debía de haberme llevado la capa..., estuve tentada de regresar, pero se estaba demasiado agusto en el tejado.
además, el gélido aire me impedía pensar.